CARACTERÍSTICAS DE LOS SERES
VIVOS:
Más que un orden superior o una complejidad excepcional, lo que distingue a los seres vivientes de los seres inertes es la organización de sus estructuras y el encadenamiento de sus funciones. Las moléculas se organizan para formar células, las células para formar tejidos, los tejidos órganos, los órganos aparatos y sistemas, y al conjunto de todos los sistemas forman un individuo. Existen individuos que están formados por una sola célula, por ejemplo las bacterias, los protistas y algunos hongos; sin embargo, aunque en cantidad y/o volumen un organismo multicelular posea más materia, no serán más complejos que un individuo unicelular.
Es posible encontrar seres inertes bien
organizados, por lo que necesitamos incluir otras características contextuales a
la vida. La observación del conjunto entero de características nos permite
distinguir entre seres vivos y seres inertes. Las otras características que nos
ayudarán son la Reproducción y la Evolución, aunque aún podamos encontrar seres
inertes bien organizados que se reproducen y evolucionan, hay otra
característica que un ser inerte no puede cubrir, la manipulación no-espontánea
de la energía para continuar obteniéndola del ambiente (vea
abajo).
REPRODUCCIÓN:
La reproducción es la característica vital que permite al individuo hacer copias
de sí mismo. Aunque algunas moléculas orgánicas sean capaces de hacer duplicados
de ellas mismas, ellas carecen de las otras características de los seres
vivientes.
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